Emprendedores Sociales: El mundo.

jueves, 20 de mayo de 2010
Si no es urgente el cambio si va a ser necesario, se trata de dejar de ver el mundo como lo vemos hoy, y empezar a verlo como es: Un planeta.
Desde que el humano empezó a crecer en sociedad, desde la familia a los poblados.. Los modos de agrupación han ido evolucionando y creciendo en el numero de miembros hasta encontrarnos con las grandes ciudades de hoy en día. Seguir con esta evolución y hacer del planeta una sola sociedad será uno de los objetivos a conseguir en un futuro. Pero hoy en día, con la mentalidad de la gran mayoría de personas de este planeta, no es posible poner en marcha ningún proyecto.

Emprendedores Sociales: Mi sociedad.

En nuestra sociedad, lo mas valorado es la apariencia y la fama, estos asuntos aparentemente simples, nos llevan a unas consecuencias muy graves, desde la discriminación al diferente hasta la escasa productividad del pensamiento. Y esto es lo que debe, y tiene que cambiar si no queremos llegar a una decadencia moral y cultural de la que ya estamos viendo sus primeros atisbos. Lo que yo puedo hacer, no es mas que seguir haciendo ver a las demas personas mi entusiasmo por lo que algún día formaré parte de ello, de tal modo que el que sea capaz de ver esto, tenga ganas de luchar por sus metas. Y no creo que pueda realizarse ningún proyecto a gran escala para hacer que la gente mire al mundo desde una perspectiva diferente, si no que el descubrir que hay dentro de uno mismo es trabajo único y exclusivo de la mente que pueda hacerlo.

Definiendo

miércoles, 3 de febrero de 2010
Hombre.
El hombre es la cuerda desafinada que vibra en la perfeccion de una sinfonia universal.

Razón.
La razon del hombre, el disfraz de su locura.

Sociedad.
Es la sociedad del pasado la que define al hombre del presente.

Libertad.
Cuando un hombre pone el pie en la tierra, solo en su primer movimiento será libre, ahora la libertad es solamente la ilusión creada al no ser ya capaz de divisar aquella huella.

Sobre el valor de la vida.

domingo, 24 de enero de 2010
Pensando sobre la cuestión de si mi vida vale la pena me doy cuenta de que no puedo encontrar una respuesta correcta sin conocer que significa que algo valga o no la pena, y cuando esto es así.

Entiendo que algo vale la pena, cuando la realización de una acción es beneficiosa aun con el sufrimiento que pueda traer el llevar a cabo tal acto. Y pensando sobre esto me doy cuenta de lo equivocados que estamos al afirmar que algo merece o no la pena, cuando tomamos tal decisión basándonos en el propio beneficio, olvidándonos de las repercusiones que tendrá en las demás personas afectadas, sin conocer su deseo de que tal cosa ocurra o de su disposición a superar los efectos de la acción.

Lo que en principio fuese un acto de sacrificio por conseguir el beneficio mayoritario, se torna un acto de egoísmo por el beneficio de uno solo. Sin embargo el beneficio de uno solo es valido siempre y cuando a lo demás que se afecte no salga afectado de ningun modo si no es beneficiado.


Tomando la vida en este caso como un conjunto de acciones. Esta vida merece la pena siempre y cuando mis acciones aporten un beneficio a las personas directamente afectadas por ellas, y en caso de que no exista tal beneficio al menos que no exista perjuicio, a la vez que a mi mismo me resulten de igual modo.

Mi vida entonces merece la pena, y será así siempre y cuando mis actos no se vuelvan destructivos para los relacionados con estos ni conmigo mismo, en tal caso mas valdría desaparecer. Mis cualidades no importan cuales sean si con ellas no soy capaz de hacer que mi vida merezca la pena, y en caso de que esta vida valga la pena, no tiene precio, no existe escala alguna, ni económica, ni métrica, ni de cualquier otro tipo que sea capaz de relacionar un numero con la capacidad de una persona de hacer su vida y la de los demás algo mejor.

Transformación de la realidad

miércoles, 25 de noviembre de 2009
 Como una cebolla formada por diferentes capas, la humanidad sigue patrones similares en su orden social. Al igual que las capas de estas cebollas nos agrupamos en torno a un centro dirigente que da forma a la siguiente capa, y así sucesivamente.

Cada estrato, tanto social como vegetal, se encuentra cada vez mas alejado del centro. Y aquí existe una diferencia fundamental, algo en lo que naturaleza y humanidad difieren. La cebolla no hace distinción alguna entre la composición de sus capas constituyentes, y la unión de sus partes forma el todo. Por el contrario nuestra sociedad hace una clara distinción entre cada una de sus propias capas. Vemos claramente que no todas cuentan como iguales, ninguno de nosotros cuenta del mismo modo, podemos ver aquí que la suma de las partes constituyentes no da lugar al todo, si no que la inmensa mayoría del todo esta formado por el núcleo de esa cebolla social.

¿ Vamos por tanto, en contra de la propia naturaleza ? Sería algo irracional para el único ser hipotéticamente racional. A la humanidad la iría bastante mejor si siguiese el ejemplo que nos da la naturaleza en forma de esa simple cebolla.




La mayor maquina de Rube Goldberg creada.

lunes, 23 de noviembre de 2009
Increíble video formado por animaciones de varios creadores, como CERN, Hubble/ESA, NOVA Origins, Catastrophe, Walking with Monsters, Walking with Dinosaurs y Walking with Beasts.
10 Minutos en los que nos lleva desde el inicio del universo, de el átomo primigenio que dio lugar al big bang, pasando por la formación de todos los elementos que conocemos y la génesis de nuestro planeta, llegando a la creación de las primeras formas de vida hasta el Ser humano.

Pensamiento masa como forma de vida

sábado, 31 de octubre de 2009
Vivimos en una sociedad que se mantiene sobre un solo principio esencial: La ignorancia. Base en la que de fundamenta el control y el engaño por parte de los que se encuentran en los escalones mas altos de dicha sociedad, así como del acomodamiento y felicidad de los que quedan por debajo. La ignorancia es el Arjé del siglo XXI, una maquinaria que pone en marcha el día a día de la inmensa mayoría de individuos, que si bien se asemejan mas a seres autómatas que a lo que considero es un humano, creen sin embargo tener un control total sobre su vida, y mas aun, creen ser dirigentes de su propio pensamiento, sin ser conscientes de que somos participes de un inmenso sistema viral que crece sin control, infectando y degenerando a nuestra especie. Es la vida de, como José Ortega y Gasset lo denominó, el hombre-masa.

Creo que estamos todos de acuerdo en que podemos afirmar que la raíz de este comportamiento es la cobardía ante la vida, el miedo a no ser aceptado. La organización de nuestra sociedad en sus diferentes estratos y la catalogación desde el nacimiento de cada individuo en cada uno de estos, provocan la tendencia a creer que tenemos que pertenecer irremediablemente a este, limitando la capacidad de pensamiento de la persona como unidad, creando la idea de que uno no existe si no pertenece al sistema, de que no puede vivir fuera de el, provocando el miedo a ser rechazado por la sociedad en la que vive. Cuando la verdadera grandeza del ser humano reside en que dentro de la misma especie cada uno de sus constituyentes es único. Aquí entonces, de nuevo, la ignorancia es base de la gestación de esta forma de vida, en la forma de desconocimiento de lo que significa ser humano, un ser que puede y debe buscar el sentido de lo que hace.

A pesar de que esta actividad suicida se haya advertido en diferentes ocasiones, esto no parece importarles a los que se hayan dentro de ese macrovirus, la toma de consciencia por parte de estos es algo que si bien es difícil, resulta ser imposible si la ayuda proviene de algo externo del organismo al que pertenecen, huyen al fondo de esa gran masa a fin de evitar la sacudida de aquel que se atreve a pensar mas allá de lo establecido.

Realmente triste es que mantengamos este modo de vivir y pensar una vez alcanzamos una cierta autonomía mental, ya que significa que funciona, si bien hemos dicho que sus raíces están ancladas en el miedo al rechazo, el motivo de su conservación no es tanto esto, si no la comodidad derivada de ello. Somos felices desconociendo el mundo que nos rodea, vivimos como humanos desconociendo lo que esto significa, mas pendientes de la vida de los demás que de nuestra propia vida, valoramos todo sin pararnos primero a valorarnos a nosotros mismos, mientras que luchamos por unas ideas que en muchos casos ni siquiera comprendemos, y no por falta de recursos. Esto parece ser que es la felicidad. Para mí, es el motivo de que a diario me cuestione si el ser humano es en verdad un ser inteligente, o si por el contrario es la estúpida especie que, teniendo opción de elegir su futuro, elige la autocondena.

Vivimos en una sociedad que no se rige por ningún principio moral, todo vale si se ha hecho con anterioridad, todo vale si lo hacen los demás. ¿ Porque parece que carecemos de esa cualidad que nos distingue de los demás seres vivos, esa capacidad de razonar sobre lo que hacemos? Es algo que no deja de sorprenderme.

Seguimos evolucionando con la ignorancia como base, y el pensamiento masa como forma de vida, el virus sigue contagiando mas y mas mentes, creando mas y mas masa, mas seres inertes que provocan el retroceso de la evolución humana, llevándonos a las cavernas tecnológicas. Esos lugares llenos del conocimiento de  millones de años de evolución, en los cuales detenemos nuestro desarrollo mental y volvemos a aprender por el método mímico, aquel que nuestros antepasados usaban para golpearse con palos y piedras.

No importa de donde salió ese trozo de tierra sobre la que pisamos, no importa porqué somos capaces de caminar sobre ella, ni como esta construido todo lo que les rodea, no importa porque estamos aquí ni que pasará en un periodo de tiempo mas allá de nuestra propia vida. Solo importa que hoy seamos como todos los demás, con lo que solo conseguimos ser trozos de miga engordando una podrida masa de pan.

Vivimos en un estado de locura globalizada, no pensamos, dejamos que unos pocos lo hagan por todos nosotros, esos pocos que a la vez tachamos de lunáticos, a los que despreciamos, rechazamos y subestimamos. Unos pocos que sin embargo, son los únicos capaces de controlar nuestra locura. Una locura de la que no somos conscientes, y ser consciente es la única manera de salir de este estado que nos esta degenerando.